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Writer's pictureMaría Leonor Inca

¡LA ROPA QUE NO ME PERTENECÍA!

Updated: Nov 23, 2018



Fashion es algo más que lucir bonitos, o de lujo, en Instagram; la ropa que usamos refleja la historia de la humanidad misma; estratos sociales, guerras, y revoluciones. Un ejemplo de ello, son los famosos vestidos de arandelas y “princesas”, que los usó, desde la reina María Antonieta, hasta nuestras generaciones modernas (con sus evoluciones); y que en mi niñez, yo nunca los tuve. Tal es así, que me reé el estereotipo de que esa ropa no me pertenecía, de que esos vestidos eran sólo para gente con dinero, y niñas bonitas. Y eso lo descubrí, por primera vez, en tercer grado de escuela, en la primera y única fiesta de cumpleaños a la que fui invitada en mi infancia.

Valle Pallatanga, Chimborazo, Ecuador.
LA PRIMERA VEZ QUE ME VESTÍ YO MISMA, DESCUBRÍ QUE NO TENÍA VESTIDOS COMO LAS OTRAS NIÑAS

Veo esta fotografía, miro hacia atrás en el tiempo, y recuerdo exactamente como pasó: El cumpleaños de mi prima Trinidad se acercaba; y ella me hablaba todo el tiempo de una fiesta que le harían, y yo la escuchaba muy emocionada. Y aunque no sabía como era una fiesta de cumpleaños, porque nunca había ido a ninguna, si sabía que se daban invitaciones, así que esperaba la mía, pues éramos mejores amigas. Sin embargo, una mañana de clases vi a mis compañeras abriendo sus invitaciones, “¿Y la mía?”, le dije , “No sé, me olvidé la tuya”, contestó Trinidad. Regresé a mi puesto en silencio, sintiendo un nudo en la garganta; y enseguida saqué mis conclusiones, – Su mamá no me invita porque no puedo comprar un regalo, somos muy pobres como para eso–. Me sentí traicionada.

Pero cómo en el mundo de los niños todo se soluciona muy fácil, al siguiente día a ella se le ocurrió borrar el nombre de otra niña en el sobre, y poner el mío, eso fue lo que concluí claramente cuando me la dio, porque el tachón era más grande que mi nombre, y ni siquiera lo había borrado. –Nos reímos mucho– Aunque, me quedó un sabor amargo de inseguridad. Y el día de la fiesta lo viví más.

Empecé a prepararme a las 2 de la tarde, después de clases. Ese día descubrí que no tenía vestidos como las otras niñas, y aunque no tenía claro que era lo que buscaba en los cajones, pues no sabía que se pone uno para una fiesta, sentía que lo que tenía, no era bonito o normal. Era ropa regalada de colores blanco y negro, muy serios para mi edad. Y ese, fue también el primer día que conscientemente decidí vestirme, yo sola. Lo bueno es que si tenía algo como los demás, unos zapatos de charol blanco que me mi madrina me había regalado dos años atrás, para mi bautizo. Y aunque ya no me quedaban, ¡Me los puse a la fuerza! Una blusa simple color negro, y una falda de rayas blanco/negro, me acompañaron a la fiesta.

Ese día fui muy feliz, me reí tanto y baile hasta el cansancio con mi prima, para las dos, el resto no existía. Pero a pesar de ello, cuando veía pasar a las niñas con los vestidos de princesas y arandelas, pensé – Esos vestidos no son para mí, no me vería bien en uno de ellos– . Cuando la realidad es que eran algo inalcanzable para mi en ese momento, nuestra prioridad en casa era sobrevivir, no la ropa, peor la moda.


Así es que me creé una historia en la cabeza, de que no valía mucho, como todos lo hacemos alguna vez en nuestra infancia, (estereotipos) de lo que somos, ó de cómo debemos vestir, etc. Cuando en realidad, es que nos podemos vestir como se nos venga en gana. Así no sigas ningún patrón de la moda, el estilo lo haces tú. Y lo que eres por dentro es solo tuyo. Si buscas libertad, se reflejará en tu ropa. Si tienes miedo de expresar tus emociones, eso también se reflejará en tu ropa. Y si no te importa la vanidad, pero eres seguro, eso se notará en tu actitud, y ninguna ropa usada, o de colores oscuros impedirá que brilles. Así no tengas ropa de colores, como yo no la tuve por un buen tiempo, en mi niñez, puedes salir al mundo, y mostrar tu alegría. Eso se percibe. Porque al parecer yo me gané un ticket a esa fiesta (sin llevar regalo), porque le hacia reír a mi prima todo el tiempo.


A pesar de todo era muy entusiasta, pero algo que yo no sabía en ese instante de la fiesta, es que después iba a llegar a tener muchísima ropa, y de todos los colores, y que me la compraría yo misma. Tanto así, que lo compartiría con los que lo necesitaren. Nunca imaginé que sería blogger, y que hablaría de moda en redes sociales, porque aun no teníamos teléfonos inteligentes. Lo que quiero decir con esto, es que la ropa que usábamos hace 5, 10, ó 20 años, representa nuestra historia misma, pero la historia puede cambiar siempre.


Ahora veo a esa María Leonor chiquita, y le digo: “ ¡Tranquila! que la gran Coco Chanel, armó una revolución para que la mujer vistiera más sencilla y elegante, especialmente en colores blancos y negros”. – Así que al parecer tu seguiste su estilo en tu primera fiesta, en tu primera introducción a la sociedad –.



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